Conceptos claves para comprender la identidad de género, la orientación sexual y la expresión de género.

La esencia de lo que somos está en identificarnos, sentirnos y pensarnos como queremos. Es en la diferencia donde encontramos la capacidad de conocernos y entendernos unos a otros. Poco a poco van quedando atrás las etiquetas. La sociedad busca nuevas formas de relacionarnos para que cada uno ocupe el lugar que quiere. La identidad de género, la orientación sexual y la expresión de género no son definiciones exactas, cambian todo el tiempo y son conceptos que, al igual que las personas, mutan.

No somos iguales ni tenemos porqué serlo. Es una consigna de la comunidad LGBTQ+ que ha transformado a la sociedad. Es la evolución de definir quiénes somos sin encasillarnos ni categorizarnos con interpretaciones autoritarias y cuadriculadas. Es el autorreconocimiento del rol social que queremos desempeñar hombres, mujeres o las personas que no se identifican con ningún género. Tenemos los mismos derechos y merecemos los mismos tratos. Lo primordial es evitar que se profundicen las desigualdades que surgen por querer ser libres y amar a quien se quiera.

No en vano surgen preguntas constantes y que parece no tener respuesta: ¿En qué se diferencian entonces identidad de género, orientación sexual y expresión de género? ¿Acaso no son lo mismo? La respuesta es no, y entenderlo es un primer paso para lograr una protección de los derechos de la población LGBTQ+ y dar garantías reales de acceso a servicios de poblaciones históricamente discriminadas. Es superar lo que se denomina la “heteronormatividad”, que es un sesgo cultural a favor de las relacionales

heterosexuales que falsamente son consideradas “normales, naturales e ideales” y son preferidas por encima de las relaciones entre personas del mismo sexo o género.

En esta oportunidad, buscamos comprender las nuevas dinámicas sociales. La discusión el género no se concentra en el sexo que se le asigna a una persona al nacer, sino que es una interrelación de tres ejes. La Corte Constitucional, en su sentencia T-675 de 2017, explica que el primer eje es el cuerpo de cada persona, su experiencia con este y cómo la sociedad le asigna un género con base en los órganos reproductivos; el segundo es la identidad que comprende la concepción interna y el sentimiento de cada persona que le permite saber quién es realmente, cómo se siente; y el tercero es la manifestación o expresión: “…que consiste en la forma en que cada individuo presenta su género al mundo, a la sociedad, culturalmente, en su comunidad o en su familia, así como la manera que interactúa con su propio género y lo va moldeando con el paso de los años,

en un proceso de constante desarrollo”.

Empezar a generar un cambio conceptual y romper con estereotipos es luchar con la discriminación basada en género –la cual es un delito desde 2011 según la Ley 1482–, que impide un acceso real a los beneficios de la política pública y crea barreras para superar la desigualdad. Promover el bienestar de toda la sociedad, sin importar su sexo, raza, religión, orientación sexual, es recuperar la dignidad humana.

La intención de este artículo es abrir la mente a nuevas discusiones en una sociedad que día a día cambia y se transforma. Al abrir este especial encontrarás las definiciones de conceptos claves que te ayudarán a comprender lo relacionado con la identidad de género, la orientación sexual y la expresión de género.