Publicado 3 de julio de 2020

¿Qué pasa con el mercado laboral en medio de la pandemia? Una mirada desde las Cajas de Compensación

Por: Comité Editorial – Caja de Resonancia | EDICIÓN 34

La coyuntura de la emergencia económica y social provocada la COVID 19, ha generado notables efectos en el mercado laboral colombiano. Para contribuir al análisis de este momento y contexto, Asocajas presenta el siguiente informe con el fin de sumar a la compresión de coyunturas, cambios y desafíos en el país.

¿Mercado laboral? ¿Qué es?

El trabajo puede observarse desde diferentes ángulos: una obligación, una pasión, un desafío, una angustia, una fuente de sustento o un pasatiempo.

Para los economistas en general el trabajo es un mercado y esto se define como un lugar donde se vende y se compra. De allí que -como en todo mercado- exista la oferta, que en este caso son los trabajadores, y la demanda, que serían las empresas, y ambas partes que participan se ven motivados por la ganancia/beneficio que obtienen de ese intercambio.

Ahora, ese intercambio surge por la cualificación o focalización de la actividad que establece el marco donde encajarán la oferta y la demanda, de allí que el mercado del trabajo esté segmentado.

Un ejemplo de esto es que una fábrica de zapatos no contratará un ingeniero de automóviles y una fábrica de automóviles no contratará un astronauta. Sobre el precio del trabajo se afirma que depende también de las circunstancias: en una situación de pleno empleo los trabajadores disponibles son escasos de modo que los salarios suben y en periodos de desempleo por el contrario la oferta de trabajo es sobreabundante y los salarios bajan.

Esto es a grandes rasgos a lo que se referirá este documento cuando hablamos sobre mercado laboral. Y aunque, sin duda, crear o buscar rutas donde se encuentre el equilibrio en un mercado de trabajo ocupa gran parte de las investigaciones económicas que pueden referenciarse en diferentes libros, se debe tener claro que lo que se pretende en este texto es analizar (bajo la lupa de una coyuntura particular, como lo es el Estado de Emergencia económico y social) qué está pasando en nuestro país con una problemática que aunque puede ser polémica es necesario comprender y entender para sumar en la búsqueda de decisiones y soluciones.

Estructura y dinámica del mercado laboral en Colombia

En el caso colombiano, la estructura del mercado laboral tiene un alto grado de informalidad, que impacta fuertemente la ocupación. 6 de cada 10 personas ocupadas ejercen su actividad bajo condiciones de trabajo que no se encuentran reguladas por un marco legal. Según cálculos de Asocajas e información del DANE (GEIH 2019), la tasa de informalidad en el país oscila en el 58,6%, un dato que cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que el diseño normativo de la protección social en el país presenta una relación directa con el segmento formal de la economía, y por ende se ve afectado por las condiciones de informalidad y desempleo de la Población Económicamente activa del país.

Actualmente, el Sistema de Compensación Familiar, en términos de cobertura y afiliación, tiene alrededor de 9 millones de trabajadores.

De acuerdo con el DANE, en el primer trimestre de 2020, se observa un fuerte impacto de la crisis COVID-19 sobre la tasa de ocupación con una caída de cerca del 8pp y aumento en la tasa de desempleo de alrededor de 2pp. Así mismo, según proyecciones del Banco de la República, se espera que en lo que resta de 2020, la tasa  de desempleo continúe al alza, con intervalos entre 2,5 pp y 8,2 pp, dependiendo de la magnitud del choque en la actividad económica1.

En este documento se presenta un análisis de los impactos de la Crisis Sanitaria y Económica en las Cajas de Compensación Familiar, con base en un análisis de cifras oficiales con corte a abril de 2020.

1 Banco de la Republica. Informe mercado laboral: desempeño a febrero y estimación del impacto de la emergencia sanitaria. Abril 2020

EFECTOS DEL COVID ASOCIADOS AL MERCADO LABORAL

Vulnerabilidad de los ocupados

Las relaciones laborales, sus dinámicas y afectaciones son la consecuencia de muchos factores económicos y sociales, de allí la complejidad al plantear un ejercicio de prospectiva laboral para identificar puntualmente los trabajadores vulnerables que se relacionan directamente con la coyuntura actual del COVID-19. Sin embargo, como primera aproximación, se puede considerar que la medida de aislamiento afecta la estabilidad laboral, principalmente de los trabajadores que no pueden realizar su actividad productiva a partir del teletrabajo2.

Adicionalmente, se debe tener en cuenta que las actividades informales (que como vimos son la mayoría de la población ocupada) se verán fuertemente afectadas, ya que la generación de ingresos para este tipo de actividades se relaciona con negocios a pequeña escala y, en casos menos favorables, con la dependencia del uso de espacios abiertos y públicos para su desarrollo, aspecto que dadas las restricciones de movilidad es una variable considerable de afectación.

Bajo esta perspectiva, son empleos vulnerables a la coyuntura del COVID-19 los trabajos informales sin opción de teletrabajo, sumado a los trabajadores formales cuya ocupación no permite desarrollar actividades remotas. A partir de este criterio, se excluyen también los trabajadores del sector agropecuario relacionados con la producción y transporte de alimentos, los del sector de servicios relacionados con la protección y la seguridad, y los del sector salud.

Usando datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares, GEIH 20193, se estima que la población empleada vulnerable asciende a 12.197.858, cifra que corresponde al 54,7% del empleo total (22.287.280).

Gráfico 1. Distribución de la vulnerabilidad en el empleo por COVID-19 según tipo de sistema de empleabilidad.

Fuente: Cálculos Asocajas con información del Dane-GEIH, 2019

En el gráfico 1 se presenta la distribución de los empleados formales (9.216.879) e informales (13.070.401) y la magnitud de vulnerabilidad dentro de estos grupos por el COVID-19; observándose en esta, que el 41,1% de los empleados formales y el 64,3% de los empleos informales se podrían ver afectados.

A nivel geográfico, la distribución se concentra en las cabeceras urbanas con un 87,0% (10.608.938) y un 13.0% en las zonas rurales (1.588.921). Si analizamos solo las 23 áreas metropolitanas, los empleados vulnerables suman un total de 7.179.847 (58,9% del total de vulnerables); en donde ciudades como Bogotá, Medellín- Área Metropolitana y Cali serán las de mayor impacto con 32,7% (2.351.592), 15,2% (1.094.192) y 11,2% (804.617) respectivamente.

De los 12 millones de trabajadores con vulnerabilidad laboral, se estima que al menos 3.7 millones (31%) trabaja en el sector formal, de los cuales el 52% trabaja en empresas medianas o grandes, un 27% en empresas pequeñas y un 21% en microempresas.

Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario analizar los impactos de la crisis sobre el Sistema de Compensación Familiar y el empleo formal en marzo y abril de 2020. Adicionalmente, con información proveniente de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes-PILA, se revisa qué sectores económicos, aportantes al Sistema, se han visto más afectados.

2  Se puede pensar que aquellos trabajadores que desempeñan su actividad en ambientes como kioskos, vehículos, de puerta en puerta o en la calle, no pueden apoyar su labor a través de tecnologías de informar y generar ingreso de manera remota. Así como trabajadores que, según su ocupación y nivel de competencia, pueden desempeñarse en oficinas o locales fijos, pero la naturaleza de su ocupación no le permite realizar teletrabajo, por ejemplo: operarios de máquinas planas.

Disminución en el número de afiliados en las Cajas

Las cifras evidencian una afectación en el número de trabajadores afiliados. Al comparar los meses de abril de 2019 y 2020, el número de afiliados a las Cajas de Compensación presenta una reducción del 4,3% (Gráfico 2), lo que significa 412 mil trabajadores e independientes menos, el equivalente al número de habitantes de Pasto o al número de ocupados de Caldas.

Si analizamos el comportamiento entre marzo y abril de 2020, los afiliados se redujeron en 3,8% (358.000 personas). Entre 2019 y 2020, 37 de las 43 Cajas de Compensación del País tuvieron alguna caída en el número de afiliados, y si tenemos en cuenta información de PILA se evidencia también una caída del número de cotizantes: en abril del 2020 estos cayeron en un 2,4% con respecto al mismo mes del año anterior y 5,2% con respecto a marzo de 2020.

Si analizamos por departamentos, encontramos que las mayores caídas relativas en afiliaciones se tienen para Putumayo (-9,7%), Norte de Santander (-7,8%) y Cundinamarca (-6,3%). Donde en términos absolutos la caída más preocupante corresponde a Cundinamarca que incluye el Distrito Capital, con 232 mil afiliados menos, evidenciando la mayor afectación de este departamento en términos de empleo formal en la primera parte de la crisis (marzo/abril). En abril de 2019 el departamento tenía al 38,7% de los afiliados de todo el país, no obstante, actualmente es alrededor del 56% de la caída en afiliaciones, demostrando el impacto desproporcionado sobre la región y en particular sobre Bogotá.

Gráfico 2. Variación de los afiliados al Sistema de Compensación Familiar. Marzo y abril (2019-2020)

Fuente: Cálculos Asocajas con información de Supersubsidio

Disminución en el número de aportantes y aportes en las Cajas

Respecto al número de empresas y personas particulares que aportan al Sistema entre abril del año anterior y abril de este año hubo un incremento leve del 2,6%. Sin embargo, entre marzo y abril de este año se produjo una reducción del 0,2%. Los departamentos con las mayores caídas en número de aportantes son Norte de Santander (-6,8%), Sucre (-5,7%) y Amazonas (-4,4%).

En relación con los aportes al Sistema entre abril de 2020 comparado con el mismo mes del año anterior presentan un incremento del 7,4%, aumento que puede argumentarse directamente con el incremento del SMMLV que fue del 6% y mayores controles a la evasión. No obstante, el dato que se presenta como una evidencia de la crisis actual es que entre marzo y abril de este año hubo una reducción de los aportes sobre el 1,9%. En abril de 2020 los aportes totales fueron de $643 mil millones. El departamento que tiene una mayor caída en los aportes es Magdalena con 10,4%. Por su parte Caldas registra un aporte 1,2% menor al del año anterior y Bolívar 1,1%.

Si se tiene en cuenta la estacionalidad de los aportes y el rezago con respecto al comportamiento de las afiliaciones, se espera que los aportes caigan con relación al mismo mes del año anterior debido a las desafiliaciones que se produjeron en abril de 2020.

En términos relativos, las mayores caídas de cotizantes se produjeron en las actividades educativas (-10%), actividades de organizaciones y entidades extraterritoriales (-6,9%), y explotación de minas y canteras (-6,4%). Sin embargo, las actividades profesionales, científicas y técnicas se redujeron en 70 mil cotizantes, equivalentes a la tercera parte de los 217 mil cotizantes menos que registra la PILA. La anterior información permite afirmar que sectores de clase media y de actividades mayoritariamente formales también han sufrido el impacto de la crisis y son vulnerables.

Se utiliza la información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares para 2019, la cual ofrece representatividad a nivel de Nacional y Urbano, rural y 23 ciudades principales.

ACCIONES DE LAS CAJAS EN ESTA COYUNTURA

Subsidio de emergencia y mitigación de riesgos por desempleo

Para proteger de los riesgos de la pobreza a miles de trabajadores colombianos que hayan perdido su empleo por la emergencia económica y social, las Cajas de Compensación pusieron en marcha el beneficio económico de emergencia para el cesante. Un programa operado y financiado por las Cajas de Compensación Familiar que funciona en el marco del Mecanismo de Protección al Cesante (Ley 1636 de 2013) y que se modificó mediante el Decreto Legislativo 488 de 2020.

De acuerdo a la reglamentación actual el apoyo económico que reciben los beneficiarios es de $1.755.606 pesos para cada persona distribuido en un periodo de tres (3) meses, lo anterior sumado al pago de seguridad social (salud y pensión), y en algunos casos, dada la concurrencia del beneficio con la Ley 1636, la cuota monetaria para el afiliado que tuviera vinculados sus beneficiarios al momento del contrato laboral.

El balance al 29 de mayo son 713.210 solicitudes recibidas de las cuales 194.464 son postulaciones efectivamente válidas. A la fecha se han desembolsado alrededor de 316 mil millones de pesos para 85.840 personas y el alcance total será para cerca de 150 mil personas. Como se menciona en el Decreto 488 los beneficios se mantendrán hasta que permanezcan los hechos que dieron lugar a la emergencia económica, social y ecológica, y hasta donde permita la disponibilidad de recursos de las Cajas de Compensación. En estos términos, para las personas que no alcancen a ser beneficiadas se generarán listas de espera que serán atendidas con recursos del Gobierno Nacional en las condiciones que establezcan.

Al respecto, se debe tener en cuenta que al financiarse con los recursos provenientes de los aportes del 4% que realizan los empleadores, el programa tiene un esquema de distribución y ejecución restringido y varía de acuerdo a la capacidad de cada Caja de Compensación Familiar. Con fecha 29 de mayo de 2020, se tenían 713.210 solicitudes al subsidio de desempleo, de las cuales habían pasado el proceso de validación 197.464 que resultaron aprobadas. Las asignaciones del subsidio dependen de la capacidad de cada Caja de Compensación Familiar y el número de solicitudes tiene relación con la pérdida de empleo (mayor tasa de caída en afiliados). El caso de las Cajas de Cundinamarca es ilustrativo, ya que concentran el mayor número de solicitudes en correspondencia con la mayor caída en términos absolutos de afiliaciones.

Es evidente que la destrucción de empleo formal está afectando más las grandes aglomeraciones; los otros territorios, donde la incidencia de la informalidad es alta, sus habitantes se están afectando, pero en la percepción de ingresos por actividades no formales.

Adicional a la propuesta de medidas como el beneficio de protección al cesante, las agencias de empleo de las Cajas se encuentran caracterizando a los diferentes cesantes que se están postulando al subsidio, identificando sus barreras de empleo y realizando ejercicios de gestión empresarial para activar procesos de reconversión productiva y responder a los sectores que se están activando a causa de la crisis.

La protección social en tiempos de la pandemia

Las Cajas de Compensación son uno de los pilares de la protección social en Colombia, como lo son el Sistema de Salud, las Aseguradoras de Riesgos Laborales y el Sistema Pensional.

El propósito del Sistema de Compensación es mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de menores ingresos y sus familias, por tal razón, los impactos negativos en términos de coberturas y desafiliaciones presumen riesgos para los trabajadores en las diferentes dimensiones de su vida.  De allí que de cara a la normatividad expedida se deban considerar estas necesidades, así como los aportes del Sistema a la protección social de los trabajadores y sus hogares, razón por la que, frente a la emergencia económica, social y ecológica, se orientó a la preservación del empleo y fue necesario considerar y flexibilizar los siguientes aspectos:

  • Las medidas de flexibilización en cuanto a retiros parciales de cesantías a los trabajadores que acrediten disminución en sus ingresos permiten equilibrar la disminución de ingresos que fueron previamente acordados con el empleador.

 

  • La disminución de preaviso tanto al empleador como al trabajador para iniciar el disfrute de vacaciones, flexibilizó las condiciones del art. 187 del C.S.T. como alternativa para contrarrestar bajas de producción o ingreso y por consiguiente la afectación de las fuentes de empleo.

 

Las semanas cotizadas durante el periodo cubierto con los aportes del 3% serán contabilizadas para completar las 1150 que le permitan acceder a la garantía de pensión mínima en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad – RAIS o, a las 1300 para obtener una pensión de vejez equivalente a un salario mínimo legal mensual en el Régimen de Prima Media con Prestación Definida – COLPENSIONES; sin embargo, no se establece dicha facultad en torno al cómputo de semanas adicionales para el aumento de la tasa de reemplazo.

  • Las pensiones bajo la modalidad de retiro programado en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, equivalentes a un salario mínimo, en caso que registren descapitalización en sus cuentas individuales, podrán ser asumidas por Colpensiones, estableciendo el trámite para ello.

 

  • En el sistema de riesgos laborales, se incorporó como enfermedad directa a Covid-19 en la tabla de enfermedades laborales del Decreto 1477 de 2014, la contraída por los trabajadores del sector de la salud, incluyendo al personal administrativo, de aseo, vigilancia y de apoyo que preste servicios en las diferentes actividades de prevención, diagnóstico y atención de esta enfermedad.

 

  • En cuanto a los Beneficios Económicos periódicos, se tomaron medidas necesarias para garantizar las reservas que apalancan el pago de las anualidades vitalicias de aquellos adultos mayores más vulnerables y que han accedido a este beneficio.

 

  • La normatividad aludida en ese acápite se encuentra bajo revisión de la Corte Constitucional.

 

Conclusiones

Es claro que el comportamiento de los mercados de trabajo en Colombia varia en cada región: las tasas de participación, ocupación, la prevalencia de actividades informales, el desarrollo y estructura productiva de cada territorio incide en los niveles de formalidad y a la vez en la configuración del Sistema de Compensación familiar. Es por esto que el manejo de la Pandemia COVID 19, plantea grandes retos en la reactivación económica, en la potencialización de sectores productivos, la reconversión laboral, y las nuevas formas de trabajo. Escenarios en donde las Cajas de Compensación Familiar serán un actor estratégico en los sistemas de empleo de cada territorio.

Por otra parte, es necesario avanzar hacia la caracterización de las barreras de empleo de los beneficiarios del auxilio de desempleo y generar una ruta de empleabilidad acorde al contexto del territorio. En el caso del Mecanismo de Protección al Cesante, ejecutado por las Cajas de Compensación, no puede percibirse como una prestación aislada, y todos los procesos de intermediación laboral y direccionamiento a programas de formación, deben empezar ajustarse a los contextos regionales para que los recursos respondan a los proyectos de empleo de cada territorio. Lo cursos en habilidades y competencias en el nuevo escenario post pandemia, así como todos aquellos para la reactivación de sectores económicos con nuevos protocolos y medidas serán esenciales para los empleadores, trabajadores y cesantes que deben ingresar de nuevo al mundo laboral.

4 Decreto 765 del 29 de mayo de 2020.

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