Publicado 20 de octubre de 2021

Medios de comunicación en la democracia

Juan Roberto Vargas, periodista, presentador y actual director de Noticias Caracol nos dio a conocer su mirada referente al papel que deben desempeñar los medios de comunicación en el ejercicio democrático.

¿Qué rol deben jugar los medios de comunicación en los procesos democráticos para fortalecer el debate público?

Los medios deben cumplir con el rol fundamental y para el cual fueron creados, el de informar, el de contar, el de decir las cosas, el de plantear todos los puntos de vista sobre los temas, el de dar una cobertura transparente, una cobertura en la que, además, de que se hablen de los temas puntuales, en el que se le dé voz a todos y se establezca además un sistema en el que todo el mundo pueda decir lo que piensa sobre determinado asunto, para precisamente fortalecer y enriquecer ese debate público. Sería una bobería y una tontada pensar en solo darle la voz y ponerle el reflector a “x” o “y” sector que hable sobre determinado tema en el debate público.

La gente hoy tiene exceso de fuentes de información, especialmente a través de las redes sociales, unas mejores que otras, pero indudablemente a la gente hay que proveerle la mayor cantidad de elementos de juicio y tal vez con un elemento fundamental y es el del contexto. No solamente poner a hablar a los de un lado y a los del otro, hay que ponerles contexto a los temas, a los debates públicos y esto se hace investigando, analizando, contando. Eso es lo que más agradece la audiencia respectiva de ese medio de comunicación.

¿Cómo debe un medio de comunicación propiciar el debate y visibilizar los diferentes puntos de vista en medio de tanta polarización?

Precisamente haciendo eso, visibilizando los diferentes puntos de vista. En lo que no se puede convertir un medio, y esa es una opinión muy personal, es en una tribuna para el odio. Uno puede dar la oportunidad para que todos los puntos de vista sean expresados, pero eso es una cosa y la otra es convertir el medio de comunicación en un ring para que se ventilen los odios, los intereses, las agendas y que además agarren al medio de “idiota útil”, eso sí no lo creo.

Para propiciar ese debate y visibilizar los puntos de vista lo que se debe hacer es mostrarlos y eso tiene un costo enorme, porque los de un lado te van a decir de derecha y los del otro de izquierda. Pero si los dos te atacan al tiempo, es porque algo debes estar haciendo bien.

¿Cree que un medio de comunicación en la coyuntura actual debe ser transparente con su postura editorial y hacer público si apoya o no a un candidato presidencial?

Yo creo que sí porque, repito algo de la primera pregunta, y es que la gente hoy está mucho más informada que antes, la gente tiene hoy un juicio de valor mucho más crítico, en términos coloquiales hay que decirlo, la gente no es tonta, la gente se entera, la gente sabe y la gente entiende cuando un medio camufla opinión como si fuera información. Vemos muchos casos que han demostrado que eso hace que medios con esas prácticas pierdan el capital más rico, más grande y más valioso, que es el de la credibilidad.

Yo creo que sí y creo que en un momento como este hay que contar qué postura editorial tiene el medio y si públicamente están apoyando o están en contra de “x” candidato. El tema es que eso es jugar con candela, porque si se hace, habría que ver si mucha gente va a dejar de verlo, incluso quienes están de acuerdo con el candidato que se apoya. Muchos casos han demostrado que eso lo que hace es viciar cualquier información en cualquier elemento periodístico que pueda publicar en el determinado medio que asuma públicamente la postura.

¿Cómo evitar que desde los medios se agudicen las posturas radicalizadas que hoy se presentan en redes sociales?

Yo creo que la mejor manera es poniendo las cosas en sus justas proporciones. Uno no debe convertir el medio de comunicación en una trinchera para los odios, para que determinados actores o sectores políticos de diferentes ideologías conviertan el medio en una tribuna y mucho menos en una escopeta donde pueden disparar las balas de sus intereses y agendas, porque si no, termina uno convertido simplemente en eso, en una escopeta e idiota útil.

La mejor manera de evitar desde los medios que se agudicen esas posturas radicalizadas es contrastando, chequeando. Si una persona que representa un aspecto ideológico dice algo sobre la otra o sobre determinado tema del debate público, hay que contrastarlo y mostrar si lo que está diciendo es cierto o es falso; demostrar si lo que está diciendo tiene asidero y si tiene elementos para probarlos, eso es fundamental para establecer un debate en el que no se radicalice, simplemente en el que las cosas se demuestren con hechos y no con palabras, ataques, insultos o acusaciones.

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